Ya comienza el mes de febrero en el que nacerá (si todo va según lo previsto) mi niña.
Estas últimas semanas me han creado un estado de ansiedad, de nervios, de saber que ya queda muy poquito y una mezcla de sensaciones me rondan por la cabeza.
Por fin le quedan los días contados a este ardor de estómago, a este dolor de espalda, adiós a las piernas hinchadas y al continuo cansancio.
Últimamente las noches se hacen mucho más largas porque no duermo más de dos horas seguidas y encima no paro de dar vueltas. La barriga ya pesa demasiado y no hay forma de estar cómoda.
Después de todo han sido unos meses bonitos, una experiencia increible que sólo se entiende cuando la vives. A pesar de todos los inconvenientes seguro que echaré de menos mi barriga...