Hemos conocido a Pol. Después de tantos años de espera, de tantos momentos difíciles, de tantas ilusiones, de tantas charlas imaginándonos con nuestros carritos paseando. Después de imaginar los veranos con nuestros pequeños... Ahora nos toca renunciar a muchas de las cosas que antes hacíamos juntos, las madrugadas de "juerga" ya no serán lo que eran ( sobre todo para las mamás). Pero ahora es cuando realmente vivimos la vida con un sentido.
No podíamos imaginar que Pol fuera asi. Es una dulzura, siempre riendo, siempre feliz, siempre dispuesto a hacer feliz a los demás. Tenemos un tesoro.
La espera valió la pena.
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