
Porque son tus ojos mi consuelo,
son tus lágrimas la lluvia que calma mi sed.
Porque en tus ojos he descubierto
la inmensidad del cielo,
y he cubierto con tus manos mi desnudez.
Un lugar en el que viajaremos juntos a través de la vida. Un paseo de la mano de palabras que hablan, que hacen reflexionar, que invitan a soñar...te atreves?...
Te he buscado tanto tiempo... Por todas partes he buscado una pista que me lleve a ti. He preguntado a todos dónde estás. Me han dicho que te escondes en el silencio y te he ido a buscar allí, en medio de un bosque de paz, junto a una fuente de amor, dentro de la sonrisa de un niño... entre el perdón y la blanda respuesta, frente al cerrar de unos ojos pausados y la caricia de una madre. Allí estabas tú, plenamente tú. Me he rendido para siempre a tu ser, a tu existir, a tu misterio infinito. Misterio que me abruma en mi ignorancia, que me da fe al dejarme desnudo frente al mundo. Indefenso y perdido. Que me da fe para esperar pasar los años sin más afán que amar y ser amado. Amar y ser amado. Amarte y ser amado. Amar...
Luis.
Siéntate cada día en el banco de tus sueños. Siéntate cada día a descansar. 
Ayer me dieron una mala noticia: aguien se muere de cancer... a los veintisiete años.
Me quedé un buen rato pensando y sin saber muy bien qué decir. Hoy he estado todo el día dándole vueltas a la cabeza...¿y si se tratara de mi hermano, de mi marido, de mi amigo...?.
Hoy miles de palabras pasaban por mi cabeza, muchas preguntas sin respuesta. Una vez más el eco vacio del silencio.
Una vez más, el interrogante de la vida.

La vida es una cosa tan frágil... Nunca lo supe verdaderamente hasta ahora. Es un tesoro sin precio que se nos da para que lo guardemos y utilicemos tan bien como podamos. Lo que hace que sea tan sagrado es que no volveremos a tenerlo. Y, a pesar de ello, la mayoría de las personas que viven entre la multitud nunca aprietan el botón de pausa en su vida para detenerse siquiera sesenta segundos a reflexionar sobre por qué estan aquí... 



